Último fin de semana de noviembre 2011 prolijo en acontecimientos
culturales y montañeros
El viernes, día 25, dentro de la semana de las “X Jornadas de Naturaleza y Montaña” que organiza anualmente “Mendiko Lagunak mendi Taldea” de Amurrio, tuvo lugar la disertación de Felix Mugurutza, con el título “GR 284. Camino Real de La Sopeña”. Un recorrido que discurre paralelo a la Sierra Sálbada, por las faldas de la misma, que se quiere poner ahora de actualidad como un atractivo turístico más, de acercamiento de visitantes a Ayala. Aunque como dijo el conferenciante, las instituciones y organismos responsables de incentivar el turismo harán luego de su capa un sayo, a la hora de ser fieles con la realidad histórica, de lo que quieran promocionar.
Finalizó la conferencia con un pasaje sacado de “El Quijote”, donde se
venía a decir que los cortesanos viajan por el mundo viendo tan sólo el mapa,
en cambio los caballeros –como Don Quijote– andamos y recorremos el mundo con
los pies. Frase para aleccionar a recorrer el Camino Real de La Sopeña.
Acto seguido, los asistentes
que quisieron se dirigieron a la sede social del club montañero a degustar, en
su pequeño txoko, una especie de merienda-cena con repertorio incluido de
historias, anécdotas y vivencias que los presentes relataron tanto de su vida
profesional como personal.
En este acto
degustación-charla se contó con la presencia de Joseba Egiguren
investigador de la guerra civil del 36 que hacía un mes (20-10-2011) había
presentado en Orduña el libro del que es autor, sobre el desconocimiento casi
general que ha ocultado la existencia de un campo de concentración, recién
terminada la guerra en esta parte occidental del País Vasco, en el mismo casco
antiguo de la Ciudad de Orduña, en el colegio de los PP. Jesuitas, (actual
colegio de los PP. Josefinos). Curiosamente el mismo centro donde años antes
había estudiado el lehendakari José Antonio Agirre Lekube y cinco décadas atrás
el propio Sabino Arana Goiri. “Prisioneros
en el Campo de Concentración de Orduña (1937-1939)” es el título del libro-investigación, donde
se narra que alrededor de 50.000 prisioneros de guerra republicanos fueron
recluidos en condiciones deplorables, sometidos a un trato inhumano que se
sustentó en el hambre, el hacinamiento, la humillación y la brutalidad de los
guardianes. Además de trabajar como esclavos en la realización de obras
públicas y privadas.