A
bote pronto y sin florituras innecesarias doy inicio a esta entrada montañera.
Por lo tanto, lector
o lectora ponte las botas o toma nota del recorrido para que lo realices cuando
te venga en gana.
Un inciso antes de comenzar. En el día de hoy (Domingo, 10-02-13) se anunciaba lluvia para la tarde (tal es así que desde las 16:00 la lluvia ha hecho acto de presencia) y teniendo en cuenta que toda la semana el agua y la nieve han sido una constante, se ha elegido un recorrido que transcurre por camino preparado para este tipo de inclemencias en el que el calzado no corría peligro alguno de embarrarse.
Un inciso antes de comenzar. En el día de hoy (Domingo, 10-02-13) se anunciaba lluvia para la tarde (tal es así que desde las 16:00 la lluvia ha hecho acto de presencia) y teniendo en cuenta que toda la semana el agua y la nieve han sido una constante, se ha elegido un recorrido que transcurre por camino preparado para este tipo de inclemencias en el que el calzado no corría peligro alguno de embarrarse.
Saliendo
de Amurrio, nos dirigimos por los barrios rurales y de baja densidad: Olako(ibar),
Abiaga y Orue que después de cruzarlos, enfilaremos la cuesta y
camino con un recorrido salpicado de tramos cementados y apisonados.
(En
Olako nuestros ojos se fijarán en el edificio-pabellón, junto al puente, que
encierra entre sus paredes el tesoro del último día de trabajo del primer
taller de la era industrial en Amurrio, dedicado a la fabricación de tachuelas
y de nombre "Olaco Industrial".
En “El libro de Amurrio" (1932) (pág.
226)
de José Madinabeitia, se inserta la
instantánea fotográfica con los operarios, un día de trabajo cualquiera. Ver más fotos del interior, e información del mismo, en la revista Aztarna (nº 38. Dic. 2009, pág. 28 y ss). El
puente anexo es unos de los pocos puentes con historia, junto al de Zamora (¿Zamaura?) y el situado al final de
Ugartebetxi, cerca del antiguo Reformatorio, que todavía pervive. Necesita una intervención de
limpieza).
Reminiscencia del antiguo escudo de Amurrio, en los mojones indicativos de los montes de utilidad pública
Ermita de San Simón y San Judas con el poste vigía nº 9 de los Naturbideak "auzoak" delante
En
una hora, de subir y llanear holgado y tranquilo, llegamos a la entrada al
barrio de Aldama junto a la casa-caserío Olarieta (en ruinas) del Conde de
Aldama, título que se le dio al morador de la misma. Ilustre personaje que tras dejar la carrera
eclesiástica contrajo matrimonio para en sus últimos años, junto a su esposa,
consagrar su vida a la Iglesia, ingresando en la Compañía de Jesús. Después le siguen los caseríos
Txabarriko, Juandorena y Bergantzena y mucho antes habría
que mencionar los dos Andiko (de Arriba y de Abajo), hoy desaparecidos
del todo. Barrio escondido en pleno monte que desgraciadamente con los años -debido a su abandono-
las piedras que todavía le dan vida, irán desprendiéndose.
Como
decíamos, cruzamos Aldama pero antes de abandonarlo, comprobamos el buen sonido
de la campana de la ermita donde hasta hace 60 años acudían los moradores del barrio
para estar a bien con Dios. Su advocación San Simon eta San Juda (28 de octubre)
joan
zen uda, eta negua heldu… continúa la canción.
El
camino más adelante sale a la bifurcación que por la derecha viene de Larrinbe
(Barrio Askarragan). Siguiendo en esa dirección se puede visitar Goikomendi y
Kuskumendi (o Kurtzekomendi), lugares de interpretación del medio (hay hayedos,
panorámicas, recreación carbonera y un largo etcétera). Situados en este cruce,
nos cruzamos, valga la redundancia, con la persona que ha traído a sus dos perros
para que estiren las patas.
Nosotros
tiramos a la izquierda por camino donde comienza el Naturbidea del punto azul llamado Kortina,
que se dirige a Aspaltza y donde hay habilitado un aparcamiento. Todo este lugar se denomina Bostaretxeta.
Siguiendo por el camino llegamos al punto azul 2. El desvío lo hacemos por el camino de la derecha que sale a la campa en loma, que cogiéndola por su suave cresterío nos deja en la cima de Aspaltza (684 msnm) o Peña Negra para los no puestos al día.
Aquí
¡sorpresa! tres bellezas están inmortalizando sus rostros en este bello
paisaje, desde donde se contempla en su plenitud toda la sierra de Sálbada nevada
y el pueblo de Amurrio casi a sus pies, si no fuera por los montes Burubio y
Babio que se interponen. La ocasión era propicia también para inmortalizarme
con dos de estas bellezas (la tercera apretaba el botón del objetivo).
Unas
palabras de amistad y a seguir nuestro camino. Ellas hacían el recorrido en
sentido contrario, que al de poco tornarían con la vuelta, para dirigirse al
coche aparcado junto al camino de Santa Marina de Arrola.
o Aspaltza o Erroiatx |
Siguiendo el cresterío de la suave loma y disfrutando de las manchas de nieve que aún no han desaparecido, en pocos minutos se alcanza la cima de Eskorla representada por la traviesa de las vías del ferrocarril hincada en vertical. Marca este monte 704 msnm, siendo el punto más alto de todo el término del pueblo de Amurrio. Más adelante, prosiguiendo también por el cresterío, se observan en la hondonada, los caseríos del barrio Olarte de Laudio.
Desde
este sitio también las vistas son maravillosas, con toda la sierra de Sálbada,
desde Txarlazo (monumento a la virgen de la Antigua) hasta el Eskutxi y, más a la
derecha, sierra de Carbonilla y de la Magdalena, con el inconfundible Diente
del Ahorcado. A mis espaldas, en la cercanía, a un lado: Larragorri, a donde
también tenía intención de subirlo, aunque ya era tarde y Arrola donde se
asienta la ermita de Santa Marina en Orozko; al otro lado: los primeros montes
que anteceden al macizo de Gorbeia, estos con nieve intensa.
Media
vuelta, nuevo encuentro con las tres bellezas que desandan lo andado, como yo
me propongo a hacer. También se cruzan tres montañeros de bicicleta que andan
haciendo surcos en el camino.
En Aspaltza donde se encuentra el punto
azul 3 me adentro por el pasillo, bajo el escarpe rocoso de dicho monte, y a
mitad del recorrido, los ojos clavan la mirada en el cercado de piedras
apiladas que seguramente sea –¡lo es!– una kortina o kirikino (ericera) para
almacenar y guardar -y salvaguardar de las alimañas- las castañas; en otro
tiempo uno de los alimentos principales en la dieta de los vascos.
Cerca
(si es de noche un grito estremecedor no te lo quita nadie) el esqueleto casi
al completo de una vaca terreña. Al lado, el esqueleto de la parte frontal -que
complicado soy- con la cornamenta, te mira sin malicia pero impresiona. Después
de seguir pisando algo de nieve y continuar por un desdibujado camino, consigo
salir al camino oficial (cerca del punto azul 2) que me lleva de vuelta.
El resto lo podéis imaginar, pues lo he narrado al principio de esta entrada.
Al regreso, las vistas de la sierra de Sálbada no dejan de sorprendernos por su belleza
La iglesia parroquial de Nuestra Señora de la Asunción de Amurrio al paso del tren, con la esbelta torre que cobija los cuatro relojes y el campanario, levantada en 1929 por el arquitecto bilbaino José María Basterra.
Al fondo la sierra de Sálbada y el pico Iturrigorri
Idéntica panorámica,
tras el paso
del convoy de mercancías
en dirección Orduña y Miranda de Ebro
Vista de la iglesia y la plazuela que la circunda, junto al empedrado aparcamiento del entorno
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