miércoles, 25 de noviembre de 2020

Atxabal en las Peñas de Oro y Ganalto, en una circular de pequeñas cimas de montaña

 

 

 

En la cima de Atxabal, el MdB y los Doseduardos, fotografiados por nuestro trotamundo particular, tras el encuentro fortuito de esta mañana

 

 

 

Atxabal en las Peñas de Oro y Ganalto, en una circular de pequeñas cimas de montaña

Hoy (22/11/2020) la salida se presagiaba preciosa, incluso con la colaboración del tiempo que, tras la madrugada heladora en la meseta alavesa –léase, hoy, en el valle de Zuia–, ha dado paso a un día de los de envidiable.

 

Monumento religioso junto a la iglesia del pueblo de Domaikia, donde dejamos los coches

 

A las 9:00, la quedada es en el pueblo de Domaikia (650 msnm), saliendo de aquí andando, junto a la fuente, aska y lavadero, tres elementos característicos de todos los pueblos que se precien.

Enseguida llegamos al camposanto desde donde, por su costado derecho, parte un camino carretil de firme en buen estado que lo vamos subiendo sin darnos cuenta, pues se gana altura de manera suave, apenas imperceptible.

 

 

 

Después de pasar junto al lavadero, nos dirigimos al cementerio (izda.) donde a su dcha. da comienzo la primera ascensión

El segundo monte (o el de en medio): Intusi será nuestra primera coronación e inicio de las siguientes

 

 

A los pocos minutos, estamos detrás del monte Intusi (817 m), al que subimos por fértil pastizal para alegría del ganado del lugar.

Merece la pena coronarlo, pues, aunque en principio la idea es subir directamente al monte Atxabal y su acompañante el santuario de Oro, este nos queda de camino y tiene también unas bellas estampas de los alrededores que merece contemplar.

 

 

Buzón de la cima hollada y después...

 

 

Descendemos, pegados a la cornisa, al santuario de Oro

 

Vistas y contempladas las mismas, nos dirigimos a la cima de Atxabal (896 m) y su torreta de antenas, atacándolo por la cara escarpada, pero de cómodo ascenso.

Arriba coincidimos con un txirrindulari de alforjas que se acerca por el camino –ancho camino y verdoso– apto también para la bicicleta de dos ruedas, que viene enganchado a la beneplácita música de olor religioso que acompaña el caminar de este ciclista venido desde Vitoria-Gasteiz. Hablando con él se le ve que es una persona agradable, un trotamundos, dicharachero, amante de la naturaleza, sin corsés que limiten sus ansias de libertad y buen patriota.

 

Llegando al Santuario de Oro que, para los no avezados en el milenario idioma nabarro, el nombre no se relaciona con el preciado metal

 

Seguidamente enfilamos al santuario de Oro por el cresterío del roquedo de Peñas de Oro/Oroko Harkaitzak, pasando, en el ínterin, por otra cima llamada Los Sobrados (870 m) para, siguiendo bajando, llegar al santuario, topándonos antes con la placa dedicada a Pilar Dorado Ortega "Mientras la luna salga cada noche, no olvidaremos tu cara ni tu nombre".

Cerca de este, las paredes verticales orientadas al sur de Peñas de Oro sirven de improvisada escuela para la escalada.

 

En el camino, tras dejar atrás el santuario, observamos la práctica de la escalada

 

 

Otra estampa del Santuario desde otro monumento religioso, el Crucero 

 

Frente al santuario, vemos que despunta una pequeña cima de la que emerge una considerable roca por encima del tono ocre otoñal que recrea el arbolado del lugar. En la superficie de la misma se apoya un mojón municipal delimitatorio y jurisdiccional.

 

 

Este es la siguiente corona a colocar en nuestras cabezas en plan de reyes de la montaña: Arleaga con su prominente roca que en la estación de otoño se rodea de una vegetación de color ocre u otoñal

 

A ella nos dirigimos. Se llama Arleaga (797 m) y también merece la pena que sea coronada pues desde ella se tiene una visión cercana de Atxabal, las Peñas de Oro y el santuario mariano allí acurrucado en uno de los costados: Oroko Saindutegia, que así lo denominan en la lengua milenaria de nuestros antepasados.

Ya en la cima, con el mojón que delimita 3 pueblos: APER(regi)-BITO(riano)-ORO 

    Cerca está este esbozo de El Caminante de la calle Dato de V-G

 

 

 

Y desde la misma, contemplamos esta panorámica de las Peñas de Oro - Oroko Harkaitzak



Descendemos de la cima y por camino carretil alfombrado de verde, bajamos para ir acercándonos al pueblo de Aperregi (con pronunciación esdrújula) desde donde emprenderemos la subida al monte Ganalto.

 

Descendiendo por el camino alfombrado de verde y con la mirada atrás, de nuevo, las Peñas de Oro con el santuario (izda.) y la cima de Atxabal (dcha.), que parece desgajarse del conjunto rocoso

 

La bajada antedicha desemboca en una carretera local de escaso tránsito que se dirige a este pueblo desde Domaikia, la cual utilizamos durante un kilómetro y bajo los efectos sombríos y helados de la misma, pues aquí no ha llegado el sol revitalizador que estamos teniendo desde primera hora durante toda la mañana.


Por la carretera sombría y helada del fondo, hacemos la entrada en Aperregi. (Instantánea visualizada desde las Peñas de Oro)  

 

La entrada en Aperregi situado a 627 msnm, la hacemos lateralmente por el lado este del pueblo y al poco de entrar y pasar por delante de algunos caseríos antiguos y nuevos, se cruza una barrera donde da comienzo el camino carretil que, sin demora ni pérdida alguna, suavemente nos conducirá a la cima del monte Ganalto (898 m), caracterizado por una cruz al estilo de la existente en la cima del macizo de Gorbeia, réplicas o copias en su estilo de la torre Eiffel de París. Dicha caracterización lleva intrínseca la puesta del caserío-buzón realizado por los hermanos Elejalde Rueda, que es la réplica de su caserío de Aperregi. Así pues, ambas réplicas (cruz y caserío-buzón) son obra de esta familia aperregitarra. Por otro lado, esta constumbre de ensalzar los montes con cruces, viene de la iniciativa del Papa León XIII en el año del cambio de siglo XIX al XX.

 

Hermoso caserío-chalé en el pueblo de Aperregi, que nos sirve de guía para iniciar la subida al monte Ganalto

 

Esta cima de Ganalto, nada tiene que envidiar a otras –al menos hoy– en el número de visitas. Hoy estaba a rebosar. A pie o en bicicleta de montaña han venido montañeros venidos de V-G, vía pueblo de Hueto de Arriba, Oto Goikoa u Otogoien y de otras latitudes como el MdB, venido de la Tierra de Ayala - Aiara Herri.

Puede ser debido a que ahora con la pandemia y restricciones derivadas de la misma, se suelte la gente para subir y andar por los montes y cimas de nuestro País. En algún porcentaje puede haber tenido este efecto emancipador de lo urbano al monte y explorar lo rural. 

 

Ahora, desde el pueblo de Aperregi, pasado el mismo y camino de Ganalto, la panorámica de Oroko Harkaitzak se vuelve imponente

 

Geográficamente es un extenso paraje de aprovechamiento ganadero por la riqueza de su suelo herboso, manto alfombrado de codiciada hierba, que se extiende al este y sur de la cima que conforma una meseta en la vertiente septentrional de la Sierra Brava de Badaia.

 



Ganalto (898 m) y su Cruz 

 

y el curioso buzón-caserío que, con su cabaña-pajar anexa, lo preside

 

 

Aquí hemos parado para reponer fuerzas con nuestro hamaiketako particular, tras el cual emprendemos la marcha al monte Olazar que no tiene pérdida, que se llega en poco tiempo, mientras andamos contorneando la orilla y precipicio que limita y separa la planicie montañosa de la meseta del valle. Valle que, por cierto, se ve salpicado de los pequeños pueblos del municipio de Zuia con su capital Murgia. Incluso se divisa la localidad de Izarra en Urkabustaitz y en la lejanía, pero perfectamente visible, la sierra de Sálbada, despuntando en ella sus característicos salientes montañosos.

 

Desde la cima de Ganalto, Aperregi se encuentra a sus pies y Murgia a la dcha. de la foto 

 

Decir que la cima de Olazar (887 m), se divide en dos: Olazar propiamente dicho y Ekialdeko Olazar (o del este). En el primero está el buzón montañero y en el segundo el vértice geodésico.

Cima de Olazar y, bajando de la misma a Domaikia, Recuerdo a Satur Salvidea de su esposa e hijas

 

Olazar representa ahora el límite NW más alejado del actual municipio de V-G que con hambre devoradora no para de anexionarse los pequeños municipios que le son cercanos. Por lo que puede decirse que dicho macro municipio gasteiztarra constituye por sí otra Provincia dentro del corazón de la Provincia de Araba/Álava o, al menos, así actúa dentro de la misma.

 

            Arratobe                                                      Armikelo                                                            Undagana    

Precisamente es la cima, donde ya estuvimos el sábado de la semana anterior, que con salida del pueblo de Letona recorrimos las cimas de Arratobe (772 m), donde originariamente se erigía uno de los castillos que defendían el Reino de Nabarra de la invasora Castilla y ahora, su sitio, lo usurpa la ermita de San Víctor, Azkorrieta (794 m), cuyo hito representativo es -creo que será el único- el buzón hecho de madera con librillo incluido para dejar volar la imaginación; La Llana o Arrato (887 m); Armikelo (888 m); Muletagaina (654 m); Undagana (854 m) con el formato del buzón-libro y, finalmente, Olazar (887 m), desde donde comenzó la odisea que nos llevó al pueblo de Artatza Foronda o Artaza de Foronda con las últimas luces del día. El caso es que los coches estaban en Letona y nosotros en Artatza, pero esta es otra historia. Por cierto, ese día se nos quedó en el “olvido” (¿por culpa de la odisea?) el monte Amáritu en todo este recorrido por la sierra  o monte de Arrato.

 

 Olazar (887 m), como los tres de arriba, fueron visitados la semana anterior a la aquí comentada

 

Siguiendo con la descripción de hoy, desde Olazar bajamos a Domaikia donde habíamos dejado los coches, pero, manías nuestras de no esquivar monte a nuestro paso, nos desviamos para colmar la cima imperceptible de Txikaran (810 m). Tan sólo unas piedras apiladas entre tres adustos robles, señalan el lugar que se encuentra escondido a pocos metros de la orilla del camino que utilizamos para acercarnos.

 

 


Txikaran señalizado, a modo de hito, con unas piedras recogidas y unos restos de rama de árbol

 

Desandamos este corto recorrido por el camino que nos dirige a esta cima y, ya sí, por camino carretil descendemos y vamos llegando a Domaikia donde en el primer caserío divisamos a los moradores –a quienes saludamos– bien puestos cara al sol de este día:

– Esto es vida (vivir aquí) -al verles, les dije.

– ¡Es vidón! -nos responde uno de los aludidos. Y que gran verdad dice.

Es verdad que los inviernos en estos pueblos serán un poco fríos, pero, el entorno, la paz, la tranquilidad, la naturaleza en estado puro y que en todo caso no están lejos de lo que llaman civilización con el bullicioso ruido propio de ella, no tienen parangón.

¡Afortunadxs ellxs!

 

 

Una instantánea final antes de despedirnos del pueblo de Domaikia. Sobrevolando la torre-campanario de la iglesia: Intusi (izda.) y Atxabal (dcha.) 

 

Recorrido circular de hoy, descontando las cimas de Armikelo y Arrato o La Llana que aparecen en el mismo, que se coronaron la semana anterior



 

Dos prototipos de Fuente, aska o abrevadero y Lavadero, casi idénticos, de los pueblos Aperregi y Domaikia, respectivamente

 

 

  

Dos ejemplos de mecanismos de labranza para sanear y surcar la tierra agrícola que hoy día sólo se usan de adorno y museo al aire libre

 

 

A la vuelta y despedida de esta mañana veraniega por el sol, no tanto por la temperatura, dejamos atrás el pueblo Domaikia y nos adentramos en Jugo, antes de alcanzar el siguiente, Murgia.

La iglesia tiene la característica, reseñable también en otras de los pueblos del valle de Zuia, de tener la torre-campanario -en forma de espadaña- exenta del cuerpo principal del edificio religioso

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