lunes, 14 de diciembre de 2020

Tras la sierra Brava de Badaia, les llegó el turno a las sierras de Gillarte y Arkamo

 

 

Zubibarri o puente nuevo, en el nomenclátor euskaldun

Tras el tiempo desapacible de días atrás, con nevada la víspera a esta salida, el río Vadillo baja bravío

 

 

 

Tras la sierra Brava de Badaia, les llegó el turno a las sierras de Gillarte y Arkamo

Para completar la trilogía, apropiándonos de este término del arte literario muy en boga en la publicación de libros novelescos, este día (04-12-2020), la visita montañera se debió a las sierras de Gibillo, Gillarte y Arkamo (esta última con entonación esdrújula), pero no al global de las mismas, que ya se barruntaban desde la atalaya y balcón que representa la sierra Brava de Badaia a cuyo horizonte resaltaban con luz propia. Principalmente, nuestro deambular montañero se escenificó, en gran parte, por el espacio de las dos últimas.

Así pues, recorriendo primero por carretera todo el Valle de Koartango, al que entramos por Izarra en Urkabustaitz, nos acercamos a los pueblos más alejados, donde la carretera termina o muere sin remedio, para dar comienzo a nuestra exploración montañera de este día.

 

Reclamo o señalización que decora y personaliza el aparcamiento del salto del Nervión en el término de Lanuntze 

 

El destino, en nuestro desplazamiento en el “cuatro ruedas”, es el pueblo de Luna (753 msnm) que, junto a Arriano, Artxua y Gillarte, principalmente, forman un conjunto de proximidad geográfica y humana.

Luego pues, como decimos, tras atravesar el recóndito Valle de Koartango y llegar a los confines del mismo donde se levantan los citados pueblos, será en Luna donde aparcaremos el coche, pero a 1 km, ya que una señal en el centro del pueblo indica el "Aparcamiento del salto del Nervión a 1 km" al que se accede por un camino asfaltado. 

Este aparcamiento, en el término de Lanuntze, será nuestro punto de partida e inicio para ponerse las botas y comenzar a andar en la salida montañera de hoy que, recalcamos, no es ir a ver el nacimiento y salto del río Nervión en la sierra de Gibillo. Pero sabed que desde este punto se alcanza el mismo.

 

 

La primera y, además, apacible y sencilla cima, es la llamada Mendia Bajera

Reflexionando... o pensando, a lo Ken Follett


En dicha estancia para los vehículos, una artística y bella escultura de madera representando a la vaca del lugar nos señala y simboliza el lugar de partida de algunas de las excursiones que se precie uno realizar por estos lares.

El día, cuya víspera habían caído los primeros copos de nieve de lo que eran reflejo las cimas a hollar, se mantuvo estable toda la mañana, aunque a la tarde y, sobre todo, a la noche vaticinaban nevadas generalizadas en torno a 800 metros, como luego así sucedió.



Mendia Encimera, la segunda cumbre o teta montañosa como también son conocidas estas dos pequeñas cimas

La nieve de la noche anterior no llegó a las mismas, al contrario que a las siguientes cumbres donde la nieve será nuestra compañera inseparable 

La aplicación del móvil siempre a punto para no perder el camino

 

 

A las primeras cimas logradas de mediana altura, la nieve caída la noche anterior no llegó a afectarles o, en todo caso, fue mínima. Fueron estas, las cumbres de los montes Bajera y Encimera: Mendia Bajera (942 m) y Mendia Encimera (983 m), colinas cercanas entre sí, que se miran una frente a la otra, separadas temporalmente por unos pocos minutos de andar tranquilo y a las que se llega también en poco tiempo por su cercanía desde la zona del aparcamiento, una vez cruzado el cauce del riachuelo Vadillo por el rústico puente de piedra “Zubibarri” o vadeándolo por alguno de los sitios accesibles. Dichas cumbres, son conocidas también, como Las Tetas, por su parecido con los pechos de una mujer.

 

Hermoso hayedo después de bajar de Mendia Encimera que nos dirige al riachuelo Vadillo que luego vadearemos, aunque antes... 

 

Como punto a destacar, la presencia hoy también de la pirámide rematada en cono del Pico Marinda, lejano, pero menos que en la visión de la etapa anterior desde la sierra Brava de Badaia.

Tras la segunda cima mencionada, tocó descender hacia el riachuelo, citado anteriormente, que discurre al oeste de la misma, después de pasar una pequeña y cerrada mancha boscosa poblada de hayas.

 

... nos entretenemos recogiendo endrinas del endrino y...

... llevándoselas al bolsillo

 

Poco más adelante, está el  río Vadillo que hay que vadear. En nuestro caso, saltarlo y no por cualquier sitio

 

Cruzado el mismo, se inicia camino ascendente que nos lleva a una barrera que da al camino principal y donde ya la nieve que pisábamos merecía su nombre. Desde este momento y lugar, la misma tenía un grosor aproximado de unos diez centímetros y fue compañera de viaje en nuestro transitar por las siguientes cimas de las sierras de Gillarte y Arkamo.

Una mirada atrás, camino de la cima de Peña Erea, vemos en primer lugar Mendia Encimera y, a su izda. M. Bajera, las conocidas dos tetas. Al fondo, el Pico Marinda, que es pirámide, que es cono, que es el símbolo del Valle de Koartango

Todo ello desde el principio de la subida y desde una cota superior, donde la nieve se hacía más presente

 

Por este camino labrado o pista principal, subiendo, llegamos a un cairn o hito bien voluminoso por su altura y tamaño y número de sus piedras que, en principio, nos hizo pensar fuera la cima de Erea o Peña Alta y lo tomamos por tal, aunque la aplicación del móvil nos decía que no. (Al final, este apilamiento o montón de piedras que representan en cierta manera un monumento megalítico moderno, resultó ser la cima Sur del monte Erea –1100 m–).

 

 

 

Ahí estás y ahí te veo como un adolescente pincel

 

 

 

Camino de, o ya prácticamente, en la misma sierra de Arkamo donde hollaremos algunas de las cimas de la misma

 

Echando una mirada en derredor, comprobamos que, a lo lejos, despuntaba un vértice geodésico casi imperceptible, semi escondido por algunos arbustos y más este día de suelo nevoso que se metamorfoseaba con el mismo. Allí que nos encaminamos, pisando nieve virgen y contentos de pisarla pues la infancia, o los años de la misma, no desaparece con la edad.

 

 

 

Cima Sur de Peña Erea a donde se llegó por equivocación primero

 
Haciendo el g… No, el Gargantúa 

 

Llegados a la cima del Peña Erea oficial (o Peña Alta, 1110 m) que se distingue sobre firme de suelo rocoso, el viento soplaba con fuerza y frío. Desde el lugar se veía el monte Txarlazo y el descollante monumento a la virgen, sobre Orduña-Urduina y el valle de Losa. Destacando en éste, en primer lugar, el pueblo de Villalba donde dicen o se arrogan que nació el fundador de Buenos Aires (Argentina), Juan de Garay; otros dicen que fue en el pueblo situado bajo el Txarlazo.

 

 

Ahora Peña Erea se deja ver y ahí vamos

 

 

La cima Erea en su apogeo, resistiendo los embates del viento que hacía que el v. geodésico se inclinara al vaivén de su fuerza 

 

Esta cima, hoy hollada y reseñada, hace de frontera administrativa entre Álava/Araba y la provincia de Burgos y, también de divisoria de las aguas que vierten al Cantábrico y al Mediterráneo.

Berberana, localidad más renombrada de estos parajes altiplanicios, no se veía pues quedaba oculta por la planicie montañosa de esta sierra de Arkamo-Gillarte, en contacto con la otra planicie contigua del denominado Monte Santiago.

 

Desde Peña Erea, a lo lejos, el primer saliente de la sierra de Sálbada es el monte Txarlazo donde se alza el monumento a la virgen de La Antigua 

 

En el trayecto final a Peña Erea y a la vuelta del mismo, bajando hacia Osma, nos tropezamos con paños o muros de pared de piedra, restos de las antiguas empalizadas para dirigir al lobo al foso donde era dado muerte.

El siguiente monte donde su cima es la más destacable de la sierra de Arkamo es Repico, para lo cual, tal vez por la orografía nevada de este día, nuestros pasos nos llevaron camino del pueblo de Osma en el Val de Gobía que tuvimos que abandonar al de un rato para no ir perdiendo altura.

 

 

 

Las fotos de las torretas aparecen posicionadas como están asentadas en el terreno 

 

El repetidor de Tv de la izda. está en un plano inferior respecto al de la dcha, situado en terreno más alto

 

Por lo que monte a través, por entre la nieve, abrimos senda para retomar altura y llegar a los dos repetidores de televisión, situados en la ladera, a espaldas del mencionado pueblo de Osma. En una de sus torres, una placa nos indica que el lugar o cima es (“El Picacho-Osma”) Pikatxo (1118 m).

 

 

Cima de Risco Malo señalada con un cairn de piedras apiladas, conformando un pequeño pilón, visual en la distancia

 

¿Haciendo el indio? No lo sé. Ustedes juzgarán

 

Desde aquí, seguimos retomando altura en suave ascenso sobre espesa nieve y guiándonos con los imprescindibles cairns que nos señalan que vamos por buen camino, para llegar y coronar, no el renombrado Repiko sino, antes que él, Risco Malo (1172 m) donde otro vértice geodésico lo señala.

Desde Risco Malo, hacia el Val de Gobía, los dos repetidores de Osma y, abajo al fondo, el pueblo de... Tengo dudas. ¿Puede ser...?

La cima más alta de la sierra de Arkamo: Repico

Como veis no hay que tenerle miedo al frío ¡A mí, la guardia pretoriana!

Tras él, ahora sin apenas subida en lo que a la cota de nivel se refiere pues nos encontramos en un collado casi sin desnivel, nos presentamos en el más renombrado: Repico (1188 m) que se encuentra enclavado en una loma de respetable extensión. A su lado y en dirección sur, aunque a distancias respetables, se encuentran las cimas de Coronas, Pando y Kruzeta, todas también enclavadas en la misma sierra, que hoy desistimos de acercarnos por la premura de tiempo. Repico es considerada la cima más elevada de la sierra de Arkamo que, por otro lado, también se la conoce como “Alto de las Crucijadas”, en alusión al camino tradicional conocido con ese nombre que comunica y une los valles de Gobía y Koartango, respectivamente.

Conseguida la meta o, a decir verdad, que la mañana estaba dando el testigo a la tarde y el tiempo en cualquier momento podría empezar a empeorar, se tomó el camino de vuelta, pero, al ser una circular, no fue el mismo de la ida. Curiosamente cerca de la cima se encuentra una cueva con una fuente en su interior que no nos entretuvimos en encontrarla porque si tanto abarcamos, el tiempo nos falta.

Bajamos pues del monte Repiko poco a poco, invirtiendo bastantes minutos, porque lo que la vista deja ver cercano, a los pies les lleva un tiempo largo para alcanzarlo.

 

Atravesando Pozo Portillo, convertido en superficie esteparia que ni los lobos se atreven, subiremos por el surco dibujado

 

Para, al otro lado del collado, llegar a la barrera o cancela desde donde se bajará directamente al pueblo de Arriano

 

Así mientras íbamos bajando se veía al final del descenso, la hondonada del extenso paraje nevado que el blanco manto lo convierte en terreno estepario como todo el panorama presente del entorno, representado por un estanque o balsa de agua y distintas empalizadas de hierro forjado para encauzar los animales. Estamos caminando por el Pozo del Portillo que a su lado da inicio a las amplias campas de Navazuza con su peculiar poza, que se conoce como poljé o depresión orográfica, capricho de la naturaleza.

Descendidos a esta amplia llanura que se extiende a los pies de las dos cimas –Risco Malo y Repico–, a una altitud 1090 m, tomamos una subida de nada, por la que accedemos al collado de Pozo Portillo, para, tras superarlo, bajar a la barrera que cierra el camino tradicional que sube del pueblo de Arriano, a donde nos dirigimos como destino final de esta travesía por la parte norte de la sierra de Arkamo y las otras dos sierras conexas.

Por el camino que desciende a dicho pueblo podemos contemplar la silueta escarpada de Peña Colorada

 

A pocos metros de entrar en Arriano, cerca del depósito de aguas del pueblo. Y como siempre, a lo lejos, despuntando el Pico Marinda o Marinda, sin más

 

Transitando en nuestro descenso por el mismo, contemplamos a nuestra izquierda el farallón o corte escarpado calizo de colores ocres y rojizos que dan nombre a Peña Colorada, situada en uno de sus extremos.

Llegamos al pueblo de Arriano, desde el cual se suelen iniciar las subidas a los montes Kruzeta y Coronas, principalmente, según unos postes de indicación señalética, y volvemos al pueblo de Luna por camino asfaltado que sirve de conexión y atajo entre éste y Arriano, pueblo que, documentalmente, ha ido derivando del primitivo Arreguiano a Arreano hasta confluir en el Arriano actual.

 

Un fruto exótico venido del lejano Japón. Son caquis,  la "fruta del fuego divino" 

 

 

Panel informativo en el pueblo de Arriano, sobre las cumbres a descubrir

 

De Luna al aparcamiento del salto del Nervión o Lanuntze, nos queda 1 kilómetro que, por no haber previsto y haber dejado uno de los coches en el pueblo, tuvimos que hacerlo a pie, ya caída la tarde y con los primeros copos de nieve, presagio de lo que luego vendría en la noche y madrugada entrante.

 

Iglesia y cementerio adosado del pueblo de Arriano (antiguo Arreguiano), con el campanario en espadaña exenta, típica aquitectura religiosa de este valle y del contiguo valle de Zuia

 Sin palabras. Los pueblos, sin darnos cuenta, se van muriendo

 

Para el aprovechamiento de pastos y leña de la sierra de Arkamo se constituyó, en siglos pasados, la “Comunidad de San Jerónimo” que reúne a los pueblos de Fresneda, Osma y Karkamo, pertenecientes al Val de Gobía y a los pueblos de Arriano, Artxua, Gillarte y Luna del Valle de Koartango que, estos últimos, a su vez, forman la “Ledanía de Luna” para el aprovechamiento de los montes y pastos de su jurisdicción comunal.

 

En el camino, que es conexión y atajo entre Arriano y Luna, nuevamente, se ve Marinda, centinela e icono que ilumina  todo el Valle de Koartango

 

Destacar del valle de Koartango muchas cosas. Así en el pueblo que dejamos en el camino al dirigirnos a Luna, Urbina de Basabe con su casa-torre y capilla de los Urbina (https://www.ananaturismo.com/lugares/casa-torre-urbina-basabe/); la famosa Batalla de Andagoste donde los primeros koartangarras (cuartangueses) se las hicieron pasar canutas a todo un ejército del Imperio romano (en la casa torre anterior contiene la recreación de dicha batalla); el decorado del Far West cerca del despoblado de Marinda para el rodaje de una película, teniendo de actores a los vecinos de los pueblos del valle, aunque los años de abandono hayan podido dar al traste con el mismo. 

También la ermita de Eskolunbe, en el pueblo de Katadi(an)o con unas reseñables pinturas atribuidas a Juan de Armona, natural de la Tierra de Ayala o la ermita de la Trinidad, en el mismo monte Marinda, de larga tradición romera. Destacar también el núcleo principal del valle y a la vez capital del mismo, Zuhatzu (Zuazo) que alberga el complejo edificatorio de un antiguo balneario (http://www.kuartango.org), que tras quedar en desuso, sus dependencias fueron ocupadas por los PP. Salesianos, que lo dedicaron a seminario menor. Al respecto enlazar https://proyectokuartangobizirik.wordpress.com/2013/06/21/los-salesianos/

El río Vadillo paseando sus aguas bajo el pueblo de Luna

 

Como es tradicional: 3 en 1. Fuente, aska o abrevadero y lavadero, éste en el interior, protegido por cubierta, en el pueblo de Luna

 

 

Y para finalizar esta travesía circular, en la vuelta desde Luna al aparcamiento, Marinda no ceja en su empeño de ser guía y luz de los koartangarras y demás visitantes que se acercan a visitar, ver y contemplar este maravilloso valle, salpicado de pequeños y, a veces, diminutas aldeas y pueblos que no quieren morir, aun su abandono y éxodo de muchos de sus habitantes

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