lunes, 25 de octubre de 2021

Pardio se viste de gala

 

  

Comienzan a llegar los primeros invitados al enlace nupcial a celebrar en las inmediaciones del caserío

 

 

Pardio se viste de gala

El barrio Pardio de Amurrio, más en concreto, el caserío Pardio de Arriba o Pardio Gotxi o Gutia (en contraposición al otro caserío Pardio de Abajo, Pardio Betxi que, hace unos pocos años fue borrado totalmente con la desaparición de los últimos restos de las paredes que quedaban en pie) se ha vestido de gala en este día (02/10/2021) con la celebración en el mismo, en sus inmediaciones, del enlace matrimonial (o como se diga hoy en día) de Eider y Aritz. Pero se ha vestido de gala, además de lo anterior, porque va a volver a vivir, a revivir, a ser habitado, después de más de 50 años de estar vacío y en peligro potencial de derrumbe por los años transcurridos.

 

Algunos, en este caso algunas, aprovechan el momento para inmortalizarse 

 

Hay que reconocer que ha sido una sorpresa –grata sorpresa, habría que decir– al pasar frente a él y encontrarnos con tanta gente cuando siempre la tónica solía ser verlo vacío y solo, envuelto en el silencio del bosque que rodea sus inmediaciones.

 

 

El "ongi etorri" se hace internacional, pues también vienen invitados de distintas nacionalidades a felicitar a los novios


Hoy no ha sido el caso, había bullicio por doquier, no en vano habían acudido los invitados a la boda que iba a tener lugar en la finca o campa contigua al mismo.

La alegría que nos embarga por la unión en matrimonio de la pareja, de un hombre y una mujer, se engrandece al saber que tienen intención de habitar el caserío para vivienda tras la rehabilitación necesaria del mismo. A nosotros sólo nos queda desearles que, esta unión que hoy comienza, dure y se mantenga, al menos, tantos años como lleva en pie el caserío.

 

 

 

 

Fotomontaje del interior del caserío tras la futura rehabilitación y remodelación del mismo

 

 

 

 

Nada más. Saludar al guardacoches que se ha empleado a fondo para dirigir y ubicar a tanto vehículo que ha acudido al evento, en un lugar pleno y lleno de naturaleza en donde el tiempo duerme su sueño para no molestar y en donde las horas dejan de señalar el ciclo vital de todas y todos nosotros.

 

 

Preparando los preparativos, valga la redundancia, del acontecimiento del siglo para este paraje natural de Pardio

 

Como a nosotros nadie nos ha invitado y tampoco queríamos aprovecharnos del evento, y menos gorronear, además que nuestra indumentaria o ropaje mendizale se hacía llamativo entre tantos trajes –con o sin corbata– del personal masculino, los varones, y los vestidos de largo y también de corto de las invitadas femeninas, seguimos nuestro camino con vistas de alcanzar la cima del monte Kuskumendi.

 

Alejándonos del lugar del acontecimiento del día, contemplamos una panorámica del entorno donde tiene lugar la celebración de la boda

 

Allí que nos dirigimos por la pista forestal que, tras abandonarla, abordamos el camino empinado y de continuo ascendente, para culminarlo con la llegada y toma de la cima de dicho monte, enclavado en el parque natural de Kuskumendi-Goikomendi, figura jurídica de protección dictada por orden del ayuntamiento amurriarra.

 

 

 Y alejados aún un poco más, otra panorámica del barrio Pardio, con su único caserío en pie y, observamos también, como el eucaliptal coloniza y parasita el terreno montañoso, escalando ladera arriba

Sobre este despropósito colonizador ver Cuando se quiere se puede. Y la invasión de las invasoras invasivas

  

Pero según nos alejábamos del evento de la unión matrimonial escuchando el sonido lejano de la txalaparta y otros instrumentos musicales autóctonos, fuimos retratando la postal que los espacios desnudos de la floresta nos invitaban a perpetuar del decorado con el caserío y las carpas instaladas para la ceremonia y el posterior colofón de la comida.

 

 

Al poco de iniciar el ascenso a Kuskumendi, comenzamos a ver las primeras vistas de la Sierra  de Sálbada con Iturrigorri (izda.) Ungino (ctro.) y Eskutxi (dcha.) y el pueblo de Amurrio, en la ladera de los montes Burubio (izda.) y Babio (dcha.) y, acechando, como queriéndonos atrapar, los eucaliptos que, últimamente, parecen estar de moda en el negocio de la madera


 

A mitad de llegar a la cima de Kuskumendi nos volvimos a topar, como en ocasiones anteriores, con el panel panorámico que señala las cimas que se yerguen en el horizonte cercano pero que, a la vez que otras veces dijimos, está deteriorado y abandonado a su suerte, no cumpliendo con el cometido que motivó su instalación. A los otros paneles que custodian el monte en la cima les pasa otro tanto de lo mismo.

 

 

Y por el camino de ascenso a la cima de Kuskumendi, todavía seguimos viendo, ya más lejanamente,  el escenario del apoteósico día de hoy

 

Descendemos de la cima de Kuskumendi (594 m), por senda y después camino que desemboca en la pequeña zona habilitada para aparcamiento. Estamos en el punto de arranque en la visita al entorno Kuskumendi-Goikomendi. Continuamos por sendero que discurre por el trazado del oleoducto y llegado a los pies de la siguiente cima Goikomendi, de corta y sencilla subida, nos sorprende la caída y la total destrucción de la carbonera de nuestro querido Olentzero.

A media ladera de la cima a dicho monte, el panel olvidado con la información borrada o indescifrable


Llegamos a la cima de Kuskumendi (594 m) o Kurtzekomendi con los otros dos paneles "en fuera de juego" en su función informativa

 

Lo único que permanece en pie es la silueta de nuestro Olentzero amurriarra que nos invita a visitarlo en el lugar donde elabora el carbón que hace que le veamos con la cara tiznada de negro. Dice el Ayuntamiento de Amurrio que, para antes de que Olentzero baje al pueblo en este próximo mes de diciembre a visitar a todas y todos los niños del mismo, la carbonera con su cubierta será reemplazada por otra de nueva construcción. Esperamos y deseamos que así sea.

Camino de la cima de Goikomendi, nos recibe Olentzero, preparado para la noche del 25 de diciembre pero sin su carbonera que duerme caída con sus despojos tras él

  Olentzero. Más auténtico imposible. Decir que es real es poco. ¿Sobrenatural? Es posible

 

Después de coronar la pequeña cima de Goikomendi (598 m), en lugar de por camino cementado y asfaltado, se prosigue siguiendo y pisando el paralelo trazado alfombrado de verde que cubre y recorre el oleoducto hasta encontrarnos con un cruce de caminos con indicaciones al barrio Aldama (1,1 km), al barrio Onsoino (1 km) o a la cumbre y planicie redondeada de Aspaltza o Peña Negra (2,2 km) que es el destino al cual nos dirigimos. Dicho cruce de caminos se encuentra en el término denominado Bostaretxeta.

La carbonera en los suelos. Dicen que una de las hayas le cayó encima. Esperamos a ver que el Ayto. de Amurrio la tenga levantada para el señalado día. 

La cima, cimera y redondeada, de Goikomendi (598 m)

 

 

Desde dicho lugar de Aspaltza (684 m), la sierra de Sálbada en toda su alargada extensión y el pueblo de Amurrio, junto a cumbres menores (Burubio, Babio, …) se contemplan en un mismo plano.

 

Algunos de los postes señaléticos de "Aspaltza zirkularra"

 

Estamos en la cima de Aspaltza (684 m) y al fondo la cima más alta del pueblo de Amurrio, Eskorla o Ezkurrola (704 m)

 

Abandonamos esta cima (si interesa, podríamos seguir hasta el cercano Eskorla (704 m), cota más alta del pueblo de Amurrio, señalizada con la verticalidad de una traviesa ferroviaria en pie que marca su cima) por uno de sus costados de abrupta y escarpada pared de roca desnuda que discurre a modo de resguardo abierto al oeste de la misma, y lo hacemos por descendente y pronunciada senda incrustada bajo la cubierta rocosa y poco transitada que, por momentos, tiende a hacerse desaparecer. El final de la misma confluye con el camino semi cementado, paralelo al trazado que sigue el oleoducto.

Panorámica más que general de la Sierra de Sálbada, desde Txarlazo (Virgen de la Antigua) -izda.- hasta Eskutxi -dcha.- y Amurrio asentado en el valle que baña el río Nervión

Las dos vacas, a la vez, voltean su cornamenta y la cima de Jesuri o Larragorri se intuye tras el pinar y, en la lejanía lejana, Untzueta

En este punto del recorrido, hay que decir que, si bien el mismo es parte de uno de los naturbideak habilitados décadas atrás por el Ayuntamiento de Amurrio, ahora forma parte también del nuevo recorrido denominado “Aspaltza Zirkularra” que, si no estamos equivocados, fue la excusa para la primera aparición en prensa y puesta de largo del actual alcalde de Amurrio tras la dimisión o renuncia de la anterior alcaldesa hace ahora un año.

Es la foto de presentación aparecida en los medios, en donde el alcalde era fotografiado junto al panel informativo de dicho recorrido circular que tiene inicio y final en Bainueta Kiroldegia, junto al campo de fútbol Basarte.

A todo esto, tenemos que decir también que no vale con poner un panel informativo, postes señaléticos o distintos postes o hitos, pues si no se adecenta, teniendo limpio el recorrido, que en algunos tramos no lo está, las buenas intenciones quedan en entredicho.

 

 

Como indica la señalética, desde Aspaltza nos encaminamos a Elexazar y su excavación arqueológica que dista 1,1 km o 3,5 km a Kuskumendi, de donde venimos

 

Precisamente en este sitio final comentado de la bajada de Aspaltza y en el enlace con el camino paralelo al oleoducto se encuentra, después de la recuperación y reconstrucción acometida en décadas pasadas, una kortina o ericera y también un txondor-zuloa (hueco o lugar donde se hace la carbonera) que este día –como en los siguientes que vengan, si no se remedia– era inaccesible tanto su visión como el acercamiento a pie a la misma.

 

 

 

 

Para ello, por barranco escarpado discurre ahora nuestra excursión montañera que tiene su miga y su peligro en días de lluvia

 

 

 

Lo dicho. Está muy bien crear nuevos recorridos de paseos por los montes circundantes a Amurrio, pero después hay que comprometerse con la obligación de mantenerlos, adecentándolos y limpiándolos de maleza que la propia naturaleza genera en el transcurrir de los años.

 

 

 

Saliendo por la barrera que encierra la ericera y la carbonera. Ocultas y escondidas permanencen por falta de mantenimiento y limpieza. Es imposible: Ni ver ni palpar

 

Por el camino del trazado del oleoducto en dirección SW nos vamos aproximando en 1 km al yacimiento de prospección industrial arqueológica que a modo de granja y taller estuvo activo en el final del Imperio romano. Elexazar es el nombre y topónimo de dicho yacimiento excavado en la última década.

 

 

El poste nos indica que cogiendo el camino de la izda. el yacimiento arqueológico de Elexazar está a tan sólo 200 m

 

Nos adentramos en el recinto que ahora ostenta un panel informativo, explicativo de lo encontrado en las excavaciones de las campañas de verano ahí desarrolladas. Precisamente es el lugar que elegimos para descansar nuestros huesos (no buscarle doble sentido) y dar respuesta a la insistencia de nuestro estómago vacío.


Excavación arqueológica del yacimiento de Elexazar en esta segunda década del s. XXI que se corresponde con una granja romana de los ss. I-III d. C. 

 

 

 

Tres edificios de una sola planta construidos con piedra de arenisca del entorno. Las cubiertas: lajas de piedra apoyadas en vigas de madera y los suelos enlosados a excepción de los del establo. Se encontró en uno de los muros esquineros de una de las viviendas un ara con cabeza de toro (taurobolio)

Este yacimiento de Elexazar se encuentra en un pequeño promontorio a 580 metros sobre el nivel del mar y en tiempos romanos tuvo asentamiento una granja o vaquería y un pequeño taller, habitado por una o dos familias. Comprendía alguna que otra vivienda con un establo independiente a las mismas. Todo ello de una sola planta.

La estancia en este lugar excavado arqueológicamente, sirvió también para meditar, para tener tranquilidad de espíritu y escuchar el silencio que nos susurraba el ligero airecillo que hacía más agradable este día y, por supuesto, sirvió para adentrarnos en el mundo existencial que muy a menudo nos invade, preguntándonos qué somos, qué hacemos y, sobre todo, para qué existimos. Cuyas respuestas a cada uno le resultaban distintas y a otros, entre los que nos incluimos, todavía estamos esperando las mismas.

 

Nuestra bandera nacional, la "pomelada", también se avino a aventar sus colores en este espacio. Romano un tiempo y nabarro siempre

 

En la lejanía del monte, la cima de Eskorla, desde Elexazar

Mientras nos asaltaban estas existenciales preguntas y teníamos nuestro ágape particular, hicimos ostentación de nuestra nabarridad y ocupación puntual de este sitio, antes utilizado en un periodo de la época romana, para alzar e izar la bandera de nuestra nación, actualmente sin Estado, Nabarra/Nafarroa, ya que, como nación, los ayaleses somos nabarros, somos Nabarra –Nafarroa gara– y nuestra bandera es la del carbunclo, la pomelada. Somos Ayala, la Tierra de Ayala y la reminiscencia de nuestro fuero que tiene su origen en el derecho navarro.

Si se quiere prolongar un poco más la caminata de hoy, cerca de este testimonio de la historia se encuentra, siguiendo por el camino que discurre paralelo al oleoducto y sin apenas desnivel alguno que perturbe nuestro esfuerzo físico, la cima de Inordui (605 m). Es decir, tan sólo 25 metros de desnivel positivo respecto al yacimiento y promontorio de Elexazar y a 1 km escaso de éste. Cima que desde 2018 tiene buzón, instalado por el club amurriarra de trail de montaña Amurrio Trail Taldea. (Ver enlace Inordui ya tiene su buzón).

Repuestos del cansancio, es un decir, pues de cansados nada de nada teníamos, y satisfecho lo justo nuestro estómago en nuestra estancia en este documentado lugar para la historia, regresamos Amurrio, adentrándonos por la ermita de San Roque de Artza, primero, en donde en la cercanía, la población inmigrante de distintos lares y distintas naciones aprovechan el espacio para expandir sus relaciones sociales al albor del aire libre y del arbolado del paraje que concita el lugar.

 

Ahí sigue impertérrito el panel descriptivo de los distintos animales que habitan el bosque, como p. ej. la ardilla común de la familia de los esciúridos, en terreno ¿particular? vallado

Al respecto ver El panel explicativo que duerme en el olvido casi sempiterno


Luego, por vía de los barrios Orue y Abiaga, o vía del barrio Zabalibar y bidegorri del parque lineal del Nervión o vía por la antigua carretera general desde el barrio de San José/Zabaleko, nuestro andar nos trae de vuelta al centro de Amurrio, en un día nublado, pero con vientos suaves del sur que nos regalan una agradable temperatura para pasear y disfrutar del monte. Nos alegramos por el día tan bueno para los contrayentes de Pardio.

Por la vía central (Zabalibar, Olako e iglesia) de las tres citadas fue el camino de vuelta del día de hoy que incluyó asistir de soslayo a una boda en plena naturaleza en el mismo barrio amurriarra de Pardio situado latitudinalmente sobre otro barrio emblemático donde se yergue una antigua casa-torre del linaje de los Mariaka, convertida hoy en caserío de labranza.

Os dejamos como despedida, este enlace encontrado en internet que sirve de orientación del recorrido para los paseantes foráneos de Amurrio que quieran conocer sus montes circundantes: https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/naturbideak-amurrio-mariaka-auzoak-kortina-amurrio-kuskumedi-594m-aspaltza-684m-eskorta-706m-amurri-15887319.

Y también estos otros enlaces (Escapada mañanera a Aspaltza y Eskorla, Amurrio - Amurrio en 4 horas o… un poco más) que tocan tramos y trazados del recorrido expuesto en esta entrada. Igualmente, el vídeo https://youtu.be/lSvLbHnjnAk que proyecta a los cuatro vientos el ondear de la “pomelada” en el promontorio de Elexazar. Bandera que nos representa en la faz de la Tierra, como nación entre naciones.

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