jueves, 25 de junio de 2020

La sierra de Urkila hollada sin piedad







A primera vista, el MdB se confunde por la magia de la camiseta que puede inducir a engaño




La sierra de Urkila hollada sin piedad
El día de marras (14/06/2020), tras acomodarnos en dos automóviles los mendizales gasteiztarras y el aiararra de Amurrio en la Tierra de Ayala, a las 08:00 pasadas, desde Vitoria-Gasteiz, emprendemos viaje al pueblo de Barria, pasando, primeramente, por Ozeta, capital del municipio de Barrundia y los pueblos del mismo Hermua, Larrea y Axpuru (este último del municipio de San Millán).
Llegamos a Barria, pueblo que presume de tener dos maravillosos espacios acotados por muros elevados de pared de piedra. Uno perteneciente a la Diputación Foral de Álava que es el antiguo monasterio de monjas cistercienses de Santa María de Barria, reconvertido en 1984 en albergue juvenil. Y el otro (albergue, también, de nombre Errotazarra), a la Congregación religiosa de los Escolapios.

Aquí, da inicio la salida de hoy con la panorámica de la Sierra de Urkila que nos marcamos andar en este día con sol mañanero y temperatura que se agradece en estas salidas a la montaña

Por el camino principal, el de la izda., iniciamos el ascenso a la sierra y por el de la dcha., volvimos, viniendo desde la cima de Malkorra


Espacios que sirven de esparcimiento y entretenimiento para alumnxs de primaria y secundaria en el disfrute de las merecidas vacaciones de verano, donde jugar y practicar todo tipo de deportes al aire libre.
Nosotros, sobrepasamos el pueblo por carretera estrecha que muere en una vaquería o explotación de ganado bovino dedicado a la producción de leche.
Seguimos unos metros más adelante, ahora por camino de arena asentada, para detenernos y aparcar los coches delante de una señal que prohíbe, bajo multa de unos cuantos euros, seguir circulando más adelante.
Aquí nos desprendemos de las mascarillas utilizadas en el trayecto en coche desde V-G a Barria y nos echamos la mochila al hombro, siguiendo el camino de apisonada arena hasta llegar y traspasarla, la cancela que nos introduce al paraje de montaña.

Artia (1177 m). Primera cima hollada cuyo buzón fue apadrinado (o habría que decir “amadrinado”) por Iratxe Ibabe. Así reza en la placa del mismo

Desde la cima de Artia es fotografiado el conjunto monumental del Santuario de Arantzazu


Ahora el camino, que discurre por pista forestal, se nos hace más natural y, en prolongada ascensión, pero sin demasiado desnivel, al de poco más de una hora llegamos al cordal de la sierra de Urkila (“il=ll”, es decir, "l" precedida de "i" se lee "ll" en la grafía euskariana; en grafía castellana sería Urquilla), comenzando nuestro primer recorrido cimero por la misma, invadido y delimitado, hoy en día, por una hilera de gigantes molinos de viento: los modernos aerogeneradores de viento de “Eólicas de Euskadi” que son continuación de los instalados en la sierra de Elgea, a la cual prolonga por el Este.
Ejemplar imponente, maravilloso y también vigilante de nuestro andar, representante de las yeguadas que se hacen presentes en muchos momentos de nuestro recorrido
 
 

En busca de la segunda cima, siguiendo el camino marcado por los aerogeneradores


Ascensión que ha propiciado el paso, entre otros paisajes, por el interior de algún que otro hayedo, todavía en fase de desarrollo. Con un inicio de subida entre robledales para, en la parte superior de ascensión de la ladera, desaparecer todo atisbo de los mismos y de cualquier otro tipo de arbolado y ser sustituidos por la desnudez que representa la proliferación de los pastizales y algún que otro matorral bajo entre los pastos.
Decir, por otro lado, que este cresterío o cordal de la sierra hace de divisoria de los municipios de San Millán/Donemiliaga y Oinati (“in=ñ”). Es decir, de Araba y Gipuzkoa, respectivamente, en, prácticamente, todo el recorrido del mismo.
La primera cima hollada es Artia-Gaboño (o Gaboino) (1177 m), señalizada con un mojón o vértice geodésico y su correspondiente buzón montañero que en algunas de las cimas a seguir se repetirá en su fisonomía de elaboración. Casi hora y media para llegar aquí arriba
 

 

Loma de Keixtuigaina (1133 m)



Las siguientes cimas holladas se repetirán, tras seguir suaves bajadas de hondonadas herbosas y pendientes asequibles para el común de los mortales, serpenteadas y acompañadas de los inconfundibles aerogeneradores de “Eólicas de Euskadi” por cuyas pistas del parque eólico también transitamos. Aerogeneradores con sus enormes palas cortavientos que cortan el viento como afilados cuchillos.
Fisonomía esta que será habitual, sobre todo, en la primera parte del recorrido, excepto en las últimas cimas holladas en que los molinos de viento dejan de ser parte del paisaje, aunque el suelo cubierto de hierba a semejanza de verdes prados, nos seguirá acompañando a lo largo de esta mañana soleada y de suave temperatura.
 



 

Collado de Gainlabur (1045 m) donde se localiza un importante dolmen. Collado considerado también el extremo E. de la sierra de Elgea





Cuando se lleva casi la mitad de cimas holladas uno de los componentes de la mini expedición mañanera, abandona la misma pues según sus cálculos, sí prosiguiese no llegaría a tiempo para ser admitido y sentarse a la mesa en su casa de Izarra en Urkabustaitz.
El resto, proseguimos nuestra meta marcada de hollar y hollar todas las cimas que se nos pongan por delante. Meta que transcurre desfilando por todo el cresterío de la sierra, siguiendo el recorrido unidireccional O-E. Cresterío que, como queda dicho, hace de muga entre Araba y Gipuzkoa y también marca la divisoria de aguas cantábrico-mediterránea.

 Los tres mosqueteros, frescos; sin atisbo de cansancio

 

Larrangoiti (1126 m). Bonito buzón donde se recogió la tarjeta hallada en su interior y se depositó la nuestra, del amurriarra club Mendiko Lagunak

Corresponde al club Aldatz Gora de Bilbo, depositada en el mes de febrero. Antes de la declaración del Estado de Alarma en el Estado español, con el consiguiente confinamiento de la ciudadanía española y nabarra

En esta cima nos distrajimos un buen rato haciendo algunas instantáneas 


Hay que advertir que algunas de las cimas identificadas tan sólo con el pertinente buzón, pueden ser ignoradas o esquivadas ante la protuberancia arbórea que las rodea y cuasi oculta.
Dicho en otras palabras y en palabras más sencillas: Que, si no estamos atentos o no tenemos ojo avizor, pueden pasar desapercibidas y quedar sin anotarse en nuestro currículum montañero. Además, en el caso de la sierra de Urkila, algunas de las cimas son apenas percibibles; con la silueta nada resaltable o destacable en la fisonomía de la misma y con el buzón semi oculto, en algún caso.
 

 

Mismo lugar de Larrangoiti, con el “manos libres”. Decía Eduardo: “el tallo ese de la hierba igual tapa”. Y mira si tapó







 

Atxuintxa (1169 m). En el buzón de esta cima no venía nombre o, al menos, no lo vimos // Trango (1182 m) // Zurkutz (o Zurkurutz) (1215 m)


Las dos últimas cimas (Oburu -1240 m- y Malkorra -1246 m-), si bien por su lado norte siguen lindando con el municipio Oinati, no así en su vertiente sur que, ahora, lindan con el municipio de Asparrena, cuya capital es Araia. Esto más bien referido a la primera de las cimas, puesto que la segunda está integrada plenamente dentro del perímetro del municipio alavés de Asparrena.
 


Napar Basoko Punta (1225 m)

 

 

 

El mismo buzón, pero con las cimas de Anboto y Udalaitz, de fondo,… muy al fondo

Cimas estas dos, que ya fueron holladas tres años atrás, a la vuelta del destino a la cima de Arbelaitz y campas de Urbia. Salida montañera que tuvo eco en estas mismas páginas bajo el sugerente título de Arbelaitz y un, siempre suculento, plato de huevos fritos con patatas.
  

Urkitza (1169 m). Este buzón y, a la vez, señalética de la cima, presupone que pronto será ocultado por los helechos y demás hierbas. Metros más abajo aparece señalizado el dolmen Urkitzako Lepoa


Cima y buzón de Oburu (1240 m)



Atravesando posibles restos prehistóricos con la vista puesta en la cima del monte Malkorra


En la última cima (Malkorra), que arropa en apariencia la existencia de un crónlech prehistórico y algunas rocas de mediano tamaño puestas por nuestros antepasados, hollada a las 12:50, después de casi cuatro horas de caminar, hicimos también la última foto de cortesía junto al buzón que lo certifica. Esta vez sacamos a relucir la bandera que nos representa a los vascxs (desde el punto conceptual etno-lingüístico) y nabarrxs en lo que, políticamente, hace referencia a nuestra estatalidad nacional, hoy, conquistada.
 


 

Malkorra (1246 m) y la “pomelada” a los cuatro vientos





En la fotografía de la secuencia, amablemente nos acompañó una mendizale oinatiarra y euskalduna que junto a su pareja allí se encontraban. Oinati (oficializado en la forma Oñati) y la Tierra de Ayala o Aiara Herri, son dos territorios de tardía incorporación a lo que hoy denominan de manera oficial, “Territorios Históricos” de Gipuzkoa y Araba, respectivamente. Hoy, ambas comarcas, administrativamente forman parte de dichos Territorios Históricos desde la primera mitad del siglo XIX, demostrando con ello una experiencia propia y existencial autónoma en siglos anteriores.
Tras todo lo anterior y después de ser hollada dicha cima de Malkorra, sólo nos quedaba comenzar el regreso al pueblo de Barria, al que se llega por pista forestal; tras un primer tiempo de descenso prolongado para luego suavizarse, en 2 h. 15´ de andar continuo, sin descanso alguno y siguiendo dirección S. y O.
Cuando al fin llegamos, el reloj marca las 15:10. Cambio de calzado. Puesta de mascarilla. Y vuelta, en coche, a V-G, para unos y, después, a Amurrio para el MdB.
Pero antes de cumplir con estos destinos, una pequeña parada en el pueblo de Elorriaga, a las puertas de la Ciudad de Vitoria-Gasteiz, en el bar restaurante Benta Zaharra donde sendas “pikas” nos supieron a gloria.
Elorriaga, pueblo que ve cómo por su perímetro ser acercan altivos edificios que amenazan con engullirlo en la macrocefálica ciudad gasteiztarra, con la puntilla de ahogarlo y convertirlo en otro barrio más de la misma. De momento, sobrevive, en parte, gracias al parón que produjo la crisis urbanística de la burbuja inmobiliaria iniciada en 2008 y que, ralentizada, hoy continúa.
En el interior jurisdiccional del mismo se encuentra un palacio convertido en hotel restaurante y, sobre todo, la que fue casa de los Hijosdalgo de la Junta de Elorriaga, antigua institución histórica que gobernaba el lugar.

Desde finales del siglo pasado, dicha casa alberga a la Asociación de Concejos de Álava - Arabako Kontzeju Elkartea (ACOA-AKE) que engloba a 268 concejos o pueblos del territorio alavés, entre los que se incluyen los 64 pueblos que rodean a la macrocefalia Ciudad de Vitoria-Gasteiz y que con ella comprenden y forman el macrocéfalo municipio y ayuntamiento de V-G.

Recorrido aproximado 22 km., en un tiempo de 6 horas:

09:00 Salida desde el estacionamiento de coches que tan sólo es un pequeño espacio a la orilla del camino

10:20 Artia

10:40 Keixtuigaina

10:55 Gainlabur

11:05 Larrangoiti (Aquí 10´ de más para saborear las vistas)

11:30 Atxuintxa

11:35 Trango

11:50 Zurkutz

12:10 Napar Basoko Punta

12:25 Urkitza

12:40 Oburu

12:50 Malkorra

15:10 Fin del recorrido a pie

10 comentarios:

  1. La Tierra de Ayala es parte de Álava desde la redacción del Cuaderno de Ordenanzas de la Hermandad de Álava en 1463 en Rivabellosa. Aunque la documentación es escasa antes del año 1500, desde este momento consta la presencia de procuradores ayaleses en las Juntas Generales de forma ininterrumpida excepto en los años 20-30 del XVI y de forma muy breve en 1720. Consta así mismo el nombramiento anual de dos alcaldes de hermandad en las elecciones de Saraube (ese cargo está exclusivamente vinculado a la hermandad alavesa y las causas en las que ésta tenía jurisdicción) y los repartos de la hoja de hermandad en los libros de actas de Ayala. Independientemente de los conflictos que ambas entidades protagonizaron de forma más o menos continua hasta la Concordia de 1651, Ayala no solo era parte de la Hermandad de Álava (luego Provincia) sino además una de las más importantes e influyentes.
    Que Ayala tuviera su propia organización interna no significa que no estuviera integrada en Álava. Todas las hermandades integrantes de Álava tenían su propia organización interna: sus Juntas, sus instituciones, sus cargos públicos, sus cárceles, etc. De hecho, la disolución de la Tierra de Ayala en 1841 no afectó a su situación en el seno de la Provincia de Álava, ya que hasta 1876 o 1877 continuaron enviando dos procuradores igual que antes, aunque estuviera disgregada en distintos ayuntamientos.

    Ayala no es un territorio de tardía incorporación a Álava ni entiendo en qué se puede basar esa afirmación cuando precisamente buena parte de la información contenida en sus libros de actas se refieren a asuntos relacionados con Álava: reparto de la hoja de hermandad, pago de servicios extraordinarios, reclutamientos y levas, etc.

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  2. Muy agradecido, señor Aketza, por su atinada observación aunque, tal vez, me ha parecido que ha saltado como un resorte como si en ello le fuera la vida.
    Estamos en tiempo de estío, época no dada para pensar mucho y otro tanto para escribir sobre el particular.
    Tiempo habrá pues de profundizar al respecto, sobre pleitos, controversias judiciales y jurisdiccionales, de poder, etc., entre las instituciones y autoridades alavesas con las y la Tierra de Ayala.
    Sí le haría una pregunta, señor Aketza: en la comparativa de las Juntas Generales de Ayala y las respectivas de Arriaga ¿ambas estarían al mismo nivel político o las unas estarían supeditadas o subordinadas a las otras?
    Nada más y saludos afectuosos.

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  3. No se a qué te refieres exactamente al mencionar las juntas de Arriaga, ya que la Cofradía de Arriaga y la Hermandad de Álava son dos cosas diferentes y sin conexión entre una y otra. La primera fue una unión de hidalgos rurales que se autodisolvió en 1332. Pero las Juntas Generales de Álava no se celebraban en Arriaga, se celebraban en un pueblo de la provincia en el caso de las juntas de mayo (en Amurrio, y más concretamente en San Antón, se celebraron en 1535 y en vísperas de la primera carlistada) y en Vitoria-Gasteiz en noviembre, generalmente en el convento de San Francisco.
    Las instituciones ayalesas no eran dependientes de las alavesas en el sentido de que no dimanaban de ellas ni éstas tenían capacidad de intervención directa, los cargos no rendían cuentas ante Álava sino ante el Señor, a excepción de los dos alcaldes de hermandad que era un cargo que sí respondía ante el Diputado General y la Junta General de Álava. Pero esto no es una particularidad ayalesa, lo mismo podría decirse de Llodio, Artziniega o Urkabustaiz por mencionar territorios cercanos y también de Señorío.
    Pero la corporación ayalesa recibía las órdenes y circulares emitidas por Álava, de manera que muchas de las Juntas Generales convocadas en Saraube (a las que acudía la corporación vigente y los regidores de los 36 pueblos) tenían como objeto responder a requerimientos de dinero y/o soldados por parte de Álava. Los procuradores que Ayala enviaba a Juntas Generales informaban de lo tratado a la corporación ayalesa y luego los montaneros informaban en sus respectivos pueblos.
    En realidad, el actual esquema Junta Administrativa-Ayuntamiento-Diputación es muy parecido al de entonces, solo que el papel de Ayuntamiento lo desempeñaba la Tierra de Ayala. En este sentido, Ayala está en un plano de igualdad con Llodio, Artziniega y el resto de territorios integrantes de Álava (que son sesenta y pico, no recuerdo el número exacto), no representa una excepción en absoluto. Las instituciones alavesas fueron ampliando sus atribuciones con el tiempo y sobre todo en el XIX con la implantación de arbitrios, el control sobre la red escolar, etc., está claro que la Álava del XIX no era la misma que la del XVII, pero en uno y otro momento Ayala es uno más de los territorios que la componían, igual que Zambrana, Barrundia o Lagrán.

    Un saludo

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    1. Perdona mi tardanza en responderte, pero estas fechas producen cierta galbana y apatía para coger la pluma y escribir unas líneas. Aun así, ahí va lo que la apatía veraniega me ha permitido.
      Siempre es interesante leer a personas que dedican tiempo a estudiar la historia de su entorno más cercano, aunque haya temas que puedan hacer saltar chispas como veo que pueda ser este de la integración de la Tierra de Ayala en la actual provincia de Álava, ahora denominada “Territorio Histórico”, haciéndola pasar como una parte más de la misma.
      Sin desdeñar lo que dices en tu comentario, aunque en el mismo intentas rebajar la importancia de Ayala como ente diferenciado a lo largo de los siglos pasados, equiparándolo a cualquier otro lugar, término o comarca de la actual Álava, no comulgo con esa postura de minimizar la importancia de Ayala en su trayectoria histórica y difuminarla en el oasis territorial de Álava.
      Creo que se está creando un frente con dos trincheras en la que tú te has posicionado o decantado en el bando del alavesismo emanado de V-G. Yo me mantengo en la defensa de la identidad ayalesa con historia propia de años y con poca o nada querencia hacia Álava que representa tu pensamiento.
      Como sabrás Ayala desde siglos atrás entró en la Historia con luz propia, independiente de Álava, aunque en la actualidad seamos alaveses por lo que a la adscripción administrativa se refiere.
      Recientemente nos han querido meter hasta en la sopa eso de la “tamborrada de San Prudencio”, propia de V-G aunque importada de Donostia, como una prueba más de alavesización que, aprovechando que estábamos confinados por la pandemia del coronavirus, todos los días hemos tenido que soportar por los altavoces diseminados por el centro del pueblo de Amurrio. Es decir, querer hacer a Amurrio y al resto de Ayala más Álava de lo que es administrativamente hablando.
      El tema que nos trae es sugerente y muy interesante, pero para tomarlo sosegadamente y en otros foros donde profundizar en él.
      Saludos.

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  5. Esto no es una cuestión de alavesismo o no, es una cuestión de acudir a las fuentes, estudiar la Historia y decir lo que hay sin dejarse llevar por presentismos de ningún tipo.

    ¿En qué datos o hechos se basa esa "poca o nada querencia hacia Álava" por parte de la Tierra de Ayala? Las relaciones entre Ayala y la Hermandad de Álava fueron tumultuosas por lo menos hasta la firma de la Concordia de 1651, pero eso no incumbe solo a la Tierra de Ayala sino a todos los territorios del Señorío de los Ayala, como pueden ser también Kuartango o Morillas por mencionar los más alejados. El conflicto era de base jurisdiccional porque a los Señores no les hacía ni pizca de gracia que se desplegara un nuevo ente jurisdiccional en su territorio (los dos alcaldes de hermandad), pero al mismo tiempo usaron de el cuando así les convino. Posteriormente, existe una diferencia de concepción en torno a lo que la Hermandad de Álava debía ser; Ayala tenía una concepción señorial de la misma, fiel a la idea que motivó su creación en 1463, mientras que la Hermandad, con el apoyo real, quería -y consiguió- aumentar sus atribuciones. Por lo demás, los conflictos surgidos entre ambas entidades se intensificaban cuando tocaba rascarse el bolsillo y calcular lo que cada territorio debía pagar por foguera así que Ayala amenazaba con largarse como forma de presión, porque solo en una ocasión llevó a efecto la amenaza y por un espacio muy breve de tiempo.

    Hasta qué punto estas medidas de presión, que no son exclusivas de la Tierra de Ayala por cierto, pueden interpretarse como reflejo de una conciencia propia y diferencia es una cuestión que puede dar pie a debate. Pero que la Tierra de Ayala ha sido parte integrante de Álava desde su fundación en 1463 no es discutible, las actas de uno y otro así lo manifiestan y son públicamente accesibles en internet.

    Ayala tiene su propia historia, su personalidad y sus particularidades. Por supuesto. Pero también la tienen los demás territorios, y eso se observa perfectamente examinando el funcionamiento interno de otras hermandades, como por ejemplo la de Laudio, cuyas actas también son accesibles.
    Creo que hay que tener muy presente que Álava, antes de 1463, es un término geográfico, no una entidad jurisdiccional de ningún tipo. Hubo varios intentos de crear una hermandad y también existió la Cofradía de Arriaga, que fue una unión de hidalgos que poco tiene que ver con la Hermandad posterior. Álava, como tal, nace en 1463, y Ayala fue parte de este alumbramiento.

    Un saludo

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  6. La historia ahí está, es inamovible. Otra cosa es como se estudie y como la interpretemos e reinterpretemos.
    Esta interesante polémica y, a la vez, debate y otros que puedan haber sobre la Tierra de Ayala siempre serán bienvenidos.
    Tú, Aketza, has tomado una posición o postura en la que haces descansar el alavesismo de Ayala yo, por contra, digo que la Tierra de Ayala es alavesa por fuera, por mandamiento político y judicial que hace que los ayaleses seamos alaveses, aunque, como digo, sólo por adscripción administrativa.
    Y digo, por fuera, de fachada, porque interiormente se representa lo que es Ayala, Tierra histórica conformada por “Quadrillas”, a la par que Araba/Álava, con fuero propio, transmitido de generación en generación (ahora de él, sólo rige y está vigente el precepto de la “libertad absoluta de testar”, como tú bien sabes).
    Yo entiendo que hoy en día, por la presión de los poderes políticos que rigen y dirigen los caminos de la ciudadanía, se tenga asimilado que los ayaleses somos alaveses.
    En esta afirmación, está la diferencia de ser ayalés con conciencia de serlo, del que la tiene ausente o, inconscientemente, cree que Ayala nunca ha estado al nivel que ha tenido o pueda tener la Provincia de Álava. Si no ahora, sí en tiempos pretéritos y no tan pretéritos.
    Y sí, la Tierra de Ayala a lo largo de los siglos, se fue acercando en algunos aspectos a Álava. Así en la unión en la persecución contra malhechores. Precisamente por esta causa, entre otras, Álava, en época histórica concreta, le pedía cuentas a Ayala para que contribuyera. A lo que ésta aducía que, salvo en la persecución contra malhechores, en todo lo demás era independiente y “provincia por sí”, no debiendo pleitesía alguna a la Provincia.
    Terminando. Sí, puede que haya presentismo en lo que digo, pero basado también en un “pasadismo”, es decir, en las fuentes históricas que nos precedieron de las que todos bebemos, pero seguramente que a cada cual, la información que las mismas destilan o el sabor que les deja, no es el mismo.
    No estoy hablando de mistificación de la historia de la Tierra de Ayala, sino de actitudes para con la misma.
    Como ya te dejé escrito, este es un tema que, creo, nos apasiona a los dos y que con más tiempo y en otro tiempo, bien pudiera ser tratado en profundidad.
    Mis palabras, no interpretes que rehúyen el debate, tan sólo que mi tiempo actual en estos momentos, me impide entrar más a fondo en todo lo que tú manifiestas.
    Algún día, y no sólo nosotros sino con la participación de otros actores duchos y no duchos en la materia, se podría retomar este tema más en profundidad.
    Un saludo afectuoso y agradecerte la labor que desarrollas y dejas plasmada en tu blog “Crónicas del Alto Nervión” que se ve que le dedicas devoción y tiempo.

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  7. Yo tengo la impresión, y lo digo con todo el respeto, de que aquí no se está produciendo un debate historiográfico sino identitario (identidad alavesa vs identidad ayalesa), como si fuese imprescindible tomar parte a uno u otro lado políticamente, lo cual está muy lejos de mi intención. Solo desde esta necesidad de posicionarse sobre un debate identitario puedo entender afirmaciones como “ser ayalés con conciencia de serlo, del que la tiene ausente o, inconscientemente, cree que Ayala nunca ha estado al nivel que ha tenido o pueda tener la Provincia de Álava”. Por mi parte, no es que lo crea inconscientemente, es que lo afirmo y lo argumento con datos, no porque quiero que sea así, ni porque me sienta más o menos alavés ni más o menos ayalés; lo afirmo porque es así. Sí, la historia está sujeta a interpretaciones pero ello no significa que las fuentes den pie a cualquier tipo de lectura, ni que todo hecho sea interpretable.

    Por no escribir una entrada mastodóntica, voy a centrarme únicamente en esta última cuestión. La actual Álava, como todas las entidades políticas que han sido, son y serán, nace en un momento concreto y en una coyuntura determinada, no existe per sé ni es desde la noche de los tiempos. La partida de nacimiento de Álava data de 1463, cuando se redacta su Cuaderno de Ordenanzas en Rivabellosa, y entre sus padres figura Ayala como puede verse aquí (https://ocw.ehu.eus/pluginfile.php/3843/mod_folder/content/0/1.1.2.1.Fuentes_Normativas_Territoriales._Alava/1463._Ordenanzas_de_Hermandad_de_Alava.pdf?forcedownload=1). Ayala es uno más de los territorios, sean villas sean tierra llana, sean de realengo o señoriales, que deciden crear esta Hermandad para defenderse de los desmanes de los Señores (entre los que están los propios Ayala, claro está). Ahí podemos ver a Vitoria y Salvatierra, a Artziniega y Urkabustaiz, a Valdegovía y Kuartango, pero también a Losa, Pancorbo o Miranda de Ebro. La lista de miembros integrantes de esta Hermandad variará con el tiempo, algunos saldrán y otros entrarán, porque el desarrollo institucional de esta nueva entidad jurisdiccional será un proceso largo y complejo. Ahí entraría la conflictividad entre las tierras del Señorío de Ayala, no únicamente la Tierra, y la recién nacida Hermandad (pero no solo de ellos, también Laguardia intentó desvincularse en varias ocasiones, y Orozko lo consiguió), asunto que dejo para otra ocasión.

    Cuando dices que la Tierra de Ayala se fue acercando en algunos aspectos a Álava, se está obviando este hecho: que la primera es parte de la segunda desde su fundación. ¿No existía Álava antes de 1463? Sí, es cierto que ambos aparecen como territorios diferenciados en la Crónica de Alfonso III, al igual que Orduña, Bizkaia y otros. No sabemos qué tipo de organización, de territorio, de reconocimiento externo e interno, existía en torno a cada uno de estos topónimos. Tampoco sabemos mucho de la evolución posterior de estos territorios, pero Álava como entidad jurisdiccional desaparece cuando lo hace el Condado de su nombre. Como consecuencia, Álava no existe en los siglos XII, XIII o XIV (quizá en lo religioso, no estoy seguro). Es, en todo caso, un término geográfico, que será rescatado a partir de 1463.

    En fin, si miramos a territorios adyacentes, Orozko se unió a Bizkaia dos siglos después de que Ayala estuviera en la creación de Álava, así como Orduña, también mencionado en la Crónica de Alfonso III, se integra definitivamente en las instituciones vizcaínas poco después de la fundación de la hermandad alavesa. ¿Tienen, acaso, menos personalidad que la Tierra de Ayala?

    Un saludo

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  8. P.D.: creo que hay que tener muy presente que Álava no usurpó atribuciones a las hermandades miembros ni tenía capacidad de intervención en sus asuntos internos, sino que entendía en los asuntos comunes a todos sus miembros y servía como nexo con la Corona, que articula a través de ella sus pedidos. Nada más (ni menos). No es hasta el siglo XIX y el despliegue del estado liberal, y con la Tierra de Ayala ya desaparecida, cuando la Diputación va ganando en atribuciones más intrusivas respecto a los poderes locales. Es ahí, por cierto, cuando comienzan a articularse discursos "alavesistas" al calor de la defensa de la foralidad.
    Si hablamos de identidad, y no de historia pura y dura, es en estos discursos decimonónicos en los cuales deberíamos centrarnos, pues es entonces cuando los intelectuales van esbozando la identidad alavesa, y no antes. Y lo mismo podría decirse de Ayala (Mendia, Galindez, etc.)

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  9. Seguramente estés en lo cierto cuando afirmas que puede que yo haya encaminado mi discordancia con tus opiniones al ámbito identitario, más que centrarme exclusivamente en el historiográfico, pero siempre agarrándome, no desprendiéndome, de lo que la historia nos dice y presenta al respecto.
    Sin quitar valor a lo que dices –me congratulo que así y de manera clara lo manifiestes y reconocerte que tus aportaciones a este improvisado debate han sido enriquecedoras–, la adscripción de la Tierra de Ayala a la Provincia de Álava ha estado en muchos momentos, salpicada de desencuentros motivados por la propia personalidad de la Tierra y los intentos de asimilarla en su seno por las instituciones alavesas. Y dejo constancia que al hablar de la personalidad de Ayala no estoy menoscabando ni minando la de otros territorios, colindantes o no a la misma.
    Ha sido, pues, la unión de la Tierra de Ayala a la Provincia de Álava, más nominal que real, con las desavenencias habidas en muchos aspectos entre las instituciones de ambos territorios. Léase entre otros, los distintos pleitos que manifiestan que la hipotética unión estaba más ligada para cuestiones puntuales como, por poner un ejemplo, la prosecución contra malhechores, pero sin que ello diera pie a la unión formal de ambas “provincias”.
    Puede decirse que no es hasta 1841 cuando ya –¡así parece!– Ayala, la Tierra de Ayala cae atrapada y desvanecida en las redes político-jurídicas que le lanza la Provincia de Álava y su centro de poder, Vitoria-Gasteiz.
    No dejemos que un marco, al principio geográfico con la acepción toponímica de “Alaone” (posible y seguramente “Ayala”), nacido para la Historia a finales del siglo IX que, posteriormente, el devenir de los siglos fue conformando y dando instrumentos con atribuciones de índole política y jurídica, dando lugar a lo que se conoce como Tierra de Ayala, se desdibuje y diluya con disquisiciones que sólo sirven para debilitarnos y fortalecer las apetencias de otros poderes o entes políticos extraños en su provecho propio.
    Por lo demás, independientemente de lo que te dicte tu formación académica y profesional, yo y otros deseamos que tu corazoncito se incline del lado ayalés, tu Tierra, y no caiga en la órbita de Vitoria-Gasteiz y su provincia.
    Para finalizar, como llevo interesado en manifestarte en este intercambio de impresiones, algún día habrá que abrir el melón para debatir en profundidad de estos asuntos y aproximar posturas o, tal vez, distanciarlas más. Pero todo ello redundará en el mejor conocimiento de nuestra historia que, por desgracia, al centrarse en un territorio reducido o menor, siempre queda relegada (padeciendo de la falta de estudios pormenorizados) por la otra, la de los territorios estatales, con poder y magnificencia en la ostentación del mismo, donde la historia de la primera queda invisibilizada y, muchas veces, es inexistente.

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